Un éxodo necesario 

La misión es una exigencia universal para recuperar el sentido del anuncio evangélico. Es propio de las experiencias cualificada de la vida consagrada, una presencia de Iglesia dentro de un carisma y una misión específica. Alguien debe dar los primeros pasos un poco más allá, en la búsqueda y propuesta de caminos inéditos y necesarios.

En el marco de esta búsqueda y oferta se encuentra la presencia de los Silenciosos Operarios de la Cruz en Camerún y en Colombia con la intención de colocar la acción del Centro Voluntarios del Sufrimiento (espiritualidad y misión para la promoción integral de la persona que sufre) al servicio de las Iglesias locales.

Del diálogo personal en los encuentros formativos, del pequeño grupo al retiro para todos los adherentes, de las sesiones de fisioterapia al plan parroquial para la catequesis a las personas en situación de discapacidad, cada paso quiere confluir en el necesario impulso hacia una responsabilidad madura y alegre, actividad y misión.

En Camerún

El Centro Bethléem se encuentra en Mouda, un pueblo situado a 33 km de Maroua, capital de la provincia del Extremo Norte de Camerún. Es un centro de acogida y rehabilitación, constituido como fundación, que trabaja a favor de personas en situación de discapacidad física y psíquica, en particular hacia los niños, con un proyecto integrado y armónico, en el que colaboran los misioneros del PIME (Pontificio Instituto Misiones Exteriores) y los Silenciosos Operarios de la Cruz.

Desde 2005, una Comunidad de los Silenciosos Operarios de la Cruz está presente en territorio colombiano. trabajando en dos diócesis: Buenaventura (Valle del Cauca) y Villavicencio (Meta), donde se han constituido Asociaciones diocesanas CVS, con el nombre de Compartiendo habilidades diferentes y Compartiendo dones en fraternidad. Una presencia a la luz dl compartir un camino de corresponsabilidad y de una opción por los contextos más marginados.

En Colombia